Durante muchos años la labor docente ha cumplido un rol fundamental en la sociedad ya que ha permitido que los estudiantes adquieran conocimientos, se desarrollen como seres pensantes y capaces de ser mejores personas con habilidades, valores, actitudes que favorezcan el propio bienestar y el de su entorno.
Actualmente vivimos en una sociedad en donde el profesional de la educación debe desarrollar una serie de competencias a fin de dar respuestas a las nuevas necesidades educativas de una sociedad en constante cambio. Para ello el facilitador del aprendizaje debe tener un rol esencial en el aula, debe dominar los contenidos que enseñará, debe establecer metas (en donde los educandos puedan construir y desarrollar habilidades para lograr su plena autonomía), regular los aprendizajes para favorecer y evaluar los progresos y lo más importante fomentar el logro de aprendizajes significativos en los estudiantes.
Actualmente vivimos en una sociedad en donde el profesional de la educación debe desarrollar una serie de competencias a fin de dar respuestas a las nuevas necesidades educativas de una sociedad en constante cambio. Para ello el facilitador del aprendizaje debe tener un rol esencial en el aula, debe dominar los contenidos que enseñará, debe establecer metas (en donde los educandos puedan construir y desarrollar habilidades para lograr su plena autonomía), regular los aprendizajes para favorecer y evaluar los progresos y lo más importante fomentar el logro de aprendizajes significativos en los estudiantes.
De acuerdo a las competencias que debiese tener un docente surge la siguiente interrogante ¿por qué es apropiado estudiar Educación general básica en la sociedad actual y qué contenidos debemos enseñarles a los educandos?
Estudiar la carrera educación general básica en el siglo XXI pretende formar profesionales capaces de utilizar la tecnología en la educación, comprender el potencial pedagógico de esta herramienta y ser capaz de integrarla eficientemente al proceso enseñanza- aprendizaje (UNESCO, 2001). De acuerdo a este planteamiento considero que la formación docente actual es apropiada porque tendremos la misión de desarrollar competencias en los alumnos y ayudarlos a que aprendan a razonar, desarrollar sus habilidades y destrezas que le permitan desenvolverse en la sociedad.
De acuerdo a los constantes cambios que han surgido en el mundo actual creo que es de gran importancia que los docentes en formación reflexionen sobre la cultura escolar y el quehacer propio de la pedagogía. Además es apropiado que en los procesos de formación pedagógica exista la posibilidad de construir un saber profesional basado en la propia experiencia, práctica y también se espera que los conceptos y conocimientos adquiridos en la educación superior sean actualizados y verídicos.
Lo anteriormente mencionado permitirá que los profesores se encuentren preparados para enfrentarse a diferentes contextos, respondiendo asertivamente al entorno diverso y cambiante como “mediador cultural” y no tan sólo como un especialista encargado de poner en práctica procedimientos y reglamentos, en vez de asumir un juicio de los enfoques pedagógicos que se requieren en el nuevo escenario (UNESCO, 1996). Respecto a este postulado considero que el docente debe estar capacitado para educar a la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas, utilizando los múltiples recursos didácticos que caracterizan la educación constructivista del siglo XXI.
Estudiar la carrera educación general básica no es tarea fácil, los docentes deben tener una base teórica y práctica firme acorde con las necesidades de la época en la que estamos insertos, pero el primer compromiso para poder estudiar y perfeccionarse en esta carrera es tener “vocación” e interés por impartir una educación de calidad. Además debemos tener presente que la educación se puede definir como instrumento de construcción - socialización de conocimientos que deben configurarse en un proceso que despierte el sentido de responsabilidad y motive a los alumnos (De Mesquita, 2002). Es por esto que considero que el rol de los formadores no es tan sólo enseñar y transmitir conocimientos sino que ayudar o guiar a los estudiantes a “aprender a aprender” de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas.
Bibliografía:
• Saul. A, (2002), “Paulo Freire y la formación de educadores: múltiples miradas”.
• Imbernón. F, (2005), “La educación en el siglo XXI: los retos del futuro inmediato”.
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